(Córdoba, 1983)
Artista, investigador e ingeniero de software. Formado en lenguajes de programación y en el estudio del espacio, la labor de Castro se centra en al amplio campo de las arquitecturas y en la generación de soluciones visuales para los ámbitos urbanos y los sistemas no lineales. En su obra explora la intersección de la pintura abstracta tradicional y la realidad digital, para ello utiliza herramientas de software avanzadas que permeabilizan el mundo físico y el digital. Su actividad artística se ha centrado en la programación de sistemas visuales, inteligencia artificial y sistemas emergentes. De este modo, crea combinaciones de Pinturas y Entidades Digitales hechas de Redes Neuronales, Autómatas Celulares, Código Auto Modificable y Computaciones Evolutivas. Su metodología le ha llevado en numerosas ocasiones a posicionarse en campos alejados del arte. Ha trabajado con el equipo de I + D de NextLimit Technologies y ha desarrollado investigaciones independientes, en ocasiones en estrecho contacto con equipos de investigación y entidades como el Instituto Nacional de Bioinformática, el medialab madrileño y estudios de arquitectos. Su trabajo ha sido mostrado en: 2010 Fundación Vida 12.0 Telefónica, Mención Especial, 2009 Zentrum für Kunst und Medientechnologie ZKM (Karlsruhe, Alemania), 2008 LABoral Centro de Arte y Creación Industrial (Gijón), 2006 Festival Ars Electronica, Electrolobby (Linz, Austria), Interactivos? Medialab Madrid, Centro Conde Duque (Madrid, España), entre otras. Ha participado en Medialab Madrid como asistente técnico. Además ha presentado Vacuum Virtual Machine (2008), software gráfico que explora la autoorganización de sistemas complejos visualizándolos como una red tridimensional en constante cambio. El gráfico aparece en forma de una delicada celosía abierta de líneas que conectan nodos espaciados regularmente; las líneas se fijan o se liberan de sus anclajes para reconfigurarse en otra forma. La estructura de celosía gira, por lo que el espectador tiene la sensación de mirar dentro de su funcionamiento interior. Este gráfico que siempre se redibuja a sí mismo es la expresión externa de una máquina virtual, que trabaja incesantemente para desarrollar código para alterar su autoexpresión